El límite se difumina, cada vez está menos claro.
De un momento a otro podemos cruzar esta línea difusa, solo hay un paso.
Luego están tus consejos, tus reproches, tus vaivenes, tu cariño, tu calor. Dejo de ser un ente físico, y por momentos, por instantes, soy etéreo, y por un instante, ningún tabú social nos separa. Pero, solo es un momento, sólo es fugaz aunque sin embargo, queda tatuado, queda para siempre.
Es inútil negar las evidencias, es inutil negarnos a nosotros mismos, porque aún no somos lo que seríamos. ¿Somos lo que queremos ser?, la respuesta no es sencilla, la respuesta es dolorosa, pero encierra tanta verdad en su interior que no podemos dejarla pasar desapercibida. Y esa es la raíz del problema: que no podemos dejarla.
¿Y a partir de ahora, qué?.
A partir de ahora sigue el día a día, sigue el reloj de arena vaciándose. Nosotros perdemos la oportunidad de cada nuevo día, cada mañana, y nos levantamos, y nos miramos al espejo, y volvemos a negarnos una vez más. A lo largo de la mañana se desvanecen las dudas con los quehaceres diarios. Por la tarde la siesta nos borra por momentos de la existencia. Por la noche, ataque masivo de pensamientos, sólos, en el silencio, nos preguntamos por qué tenemos miedo a cambiar las cosas, por qué nos influyen tanto los factores externos, por qué no hacemos caso a nuestro instinto primario, por qué tomamos la decisión de no cambiar por culpa de nuestro entorno y circunstancias. Así nos desvanecemos cada noche en el sueño sabiéndo que mañana será otro día. Pero siempre en ese anillo de comportamiento, esperando a su colapso, para bien o para mal.
Sabes que mañana nos volveremos a negar.
Mañana volveré a rechazar ser uno de los gladiadores que luchan por coronar la tormenta.
Mañana volveremos a engañarnos a nosotros mismos.
Mañana seguiremos evitando pensar en lo importante.
Mañana seguiremos dando la espalda a lo inexorable.
Mañana volveremos a saludarnos como si nada.
Mañana volveremos a reír juntos.
Mañana volveremos a luchar.
Mañana volveremos a discutir.
Mañana volveremos a odiarnos.
Mañana volveremos a querernos.
Mañana.
Mañana.
Mañana.
Siempre será mañana, nunca hoy.
Siempre será mañana, hasta que deje de haber mañana.
Jose Lun
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