10 sept 2013

Travesía

Y por primera vez mis pensamientos te sobrevuelan. Y nos envuelve este resplandor, que aún en la adversidad se abre paso a través de los días. Y contra todo pronóstico rompe las barreras que pretenden nuestro abandono, nuestra rendición. Y contra todo pronóstico avanza sin descanso expiando hacia ese lugar donde no existen esos nudos que nos sujetan.

Es por eso que como el vigía miro desde arriba a la espera de poder gritar un ¡Tierra a la vista! que resuene hasta arraigar en el lugar más recóndito de ti. Que nos llegue hasta la médula en un instante que resista indeleble en nosotros a través de los años.

Es por eso que despliego las velas que impulsan nuestro huracán. Porque ahora puedo sonreír y tener la certeza de que nuestro designio era este y no otro. La certeza de que los derroteros del tiempo tenían un plan perfectamente trazado y definido. Que éramos parte de ese plan y sin saberlo avanzábamos en continuo movimiento hacia la convergencia que desató esta tormenta.

Y esta tormenta ataca sin perdón nuestra nave, que resiste las embestidas . Es este temporal nuestra prueba final. Es este vendaval nuestro último argumento. Es esta nuestra travesía conclusa. Ahora ya no valen los peros, los contras, las objeciones o disconformidades. Todo eso quedó atrás y estamos a punto de culminar esta convergencia hacia la unificación definitiva.

Y por primera vez los pensamientos no me abandonan. Y nos seduce esta pasión que nos enreda incluso en la adversidad, abriéndose paso a través de esta ausencia finita. Y contra todo pronóstico desbarata el asedio que pretende nuestra capitulación, nuestra rendición. Y contra todo pronóstico avanza sin descanso expiando hacia ese lugar donde no existen esos nudos que nos sujetan.

Jose Lun.

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