2 oct 2013

Despierto

Despierto. Mis manos recorren los surcos de tu piel, y sé entonces que estoy donde quiero estar. Olvido entonces esas piedras que nos lanzan para amedrentarnos, para debilitarnos, para hacernos caer. Olvido las envidias que pretenden derrocarnos, que quieren hacernos fallar a toda costa, y no permito que nos toquen, y no permito que lleguen a nosotros.

Despierto. Mis brazos sienten el calor de tu cuerpo, y sé entonces que estoy donde debo estar. Olvido entonces los tropiezos y las embestidas, esas que carecen de sentido cuando esto que sentimos es de tal envergadura. Olvido los miedos absurdos y los fantasmas imaginarios, y me centro en ti como si nada del resto del mundo existiese para mí.

Despierto. Mi aliento te respira a cada instante, y sé entonces que estoy donde necesito estar. Recuerdo entonces todo lo que nos hace converger. Recuerdo eso que nos hace sentir. Recuerdo lo que nos hace sonreír. Recuerdo lo que nos hace fuertes. Recuerdo lo que nos hace indisolubles. Recuerdo que nada nos asusta. Recuerdo que no hay alternativas, y que al final, después de todo, somos uno.

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