25 jun 2007

Del resurgir, del amanecer.

por Jose Lun


La sangre que corre por las venas sustenta el bienestar relativo de sentirse vivo, de sentirse parte de algo, un simple fragmento de un todo universal, algo más que átomos dispuestos en una combinación única para cada individuo, dándonos el poder de la consciencia.

La consciencia nos lo da todo, pero también nos lo quita. La capacidad de retención emocional es una droga intrínseca en el ser humano, porque crea vínculos extracorporales más fuertes que cualquier otro fenómeno, desde el centro hasta los confines del universo.

A veces, sólo a veces, esos vínculos actúan fuera de la razón y de los límites de lo científico, para bien, o para mal; cuando actúan para mal el equilibrio se rompe, y lo hace al azar, en cualquier momento y lugar, como una lotería injusta y sin sentido que siempre tiene un perdedor.


Siempre tiene un perdedor, pero también un ganador: cuando esas fuerzas extracorpóreas actúan para bien, a veces, son capaces de restablecer el equilibrio de una forma mucho más fuerte y poderosa de lo que cabría imaginar. Y cuando esto ocurre, entonces de la ceniza sale un pequeño ave Fénix que irá madurando y crecerá mucho más que antes, que será mucho más fuerte que el anterior, que volará más alto que nunca.


La tormenta no durará mucho, poco a poco está saliendo el Sol, ya podemos verlo. Poco a poco las órbitas de esos vínculos recuperan su orientación, y el giro se restablece. Se produce ese punto de inflexión a partir del cual todo se hace más fácil, llegan mejores tiempos y el viento que desapareció hace ya algún tiempo, vuelve a soplar en popa, e impulsa el estado de la consciencia a un absoluto estado de plena satisfacción, de plena voluntad y fuerzas. 
Lo que quede detrás de nosotros pasado ese punto de inflexión, tan solo son restos de los andamios que nos eleven a tales cumbres, los restos de la construcción de un nuevo momento, un nuevo episodio. 

Eso mismo es lo que nos lleva a contemplar el sol en todo su esplendor, desde un lugar privilegiado. Hasta entonces, habrá que seguir escalando la montaña hacia la cumbre, sabiendo que cada instante está más cerca. En el momento menos pensado, estaremos allí arriba, y ese momento se acerca lento, pero alentadoramente inexorable. 


a mi hermana Maria José.
"Hoy el cambio, mañana aún más fuertes"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy de acuerdo en que la adversidad nos hace más fuertes y mas dueños de nosotros mismos, ya no nos dejamos llevar tan fácilmente y las ilusiones no son las mismas, pero los amigos los de verdad siempre siguen con nosotros y eso sigue haciéndonos resurgir de nuestras cenizas para seguir volando, un beso mu fuerte

Miss Undestood dijo...

hazany52@hotmail.com

Anónimo dijo...

jose, un saludo y un abrazo... muy bello post...