25 dic 2009

Porque por tí.

Porque siempre que fuimos a la deriva, al final, después de todo, no encontramos las respuestas.
Porque supimos dirigirnos hacia las cumbres borrascosas sin apenas dejar de sonreír.
Porque las cosas al final resultaron ser distintas a las que habíamos soñado, y todo lo demás superó nuestras rutinas.
Porque las musas desaparecieron cuándo más las necesitábamos y los males fueron expulsados a gritos por nuestros bailes.
Porque a pesar de todo, seguimos en los corazones y una vez más sentimos que esto nunca dejará de ser importante.
Porque es importante para que sobrevivamos a las próximas tempestades, y porque dejo que me quieras cada día un poco más profundo.
Porque las buenas costumbres no se perderán ni en la distancia, ni en los viajes infinitos, sin extraviar el equipaje que juntos supimos construir.
Porque los males se van con el tiempo, y no hay mal que resista a su paso.
Porque los dioses que somos, no dejarán de serlo, aún cuando la piedra y el agua recorran distintos caminos.
Porque eres pan, siempre me tienes, y porque eres latido, siempre me tienes.

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