16 ago 2013

RAPAZ

Temía lo temido por la mayor parte del mundo, y sin embargo  las cosas volvían a ejercer apego propio en las respuestas que desde hacía mucho tiempo buscaba un cuerpo maltrecho, que pedía a gritos ese cambio que no le había sido otorgado. 

Después acompañó la psique, que siguió la estela de escalada hacia cotas más luminosas y claras. Atrás quedaban esos océanos de intensa negrura; atrás quedaban los espacios finitos, y por una vez eran ciertas esas alas que habían llegado a desplegarse, batirse y alejarse del pozo del que surgió tiempo atrás tan débil y agotado.

Pero ahora desde la roca contempla el vasto panorama que se extiende a sus pies, y entiende que es suyo por derecho propio, y comprende que ya es tarde para serle arrebatado. Siente que la metamorfosis ha llegado a su fin y que ahora puede decidir las reglas del juego y elegir el tablero donde comienza la partida de su vida.

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